miércoles, 17 de enero de 2018

Niebla en Tánger


(...) Wilde afirma, y yo estoy de acuerdo, que el arte,
la escritura en este caso, no debe imitar a la vida,
sino la vida al arte la mayoría de las veces.
Wilde decía que en su época se escribía mal porque los escritores mentían muy poco. La mentira en el arte había caído en el oprobio.
Escritores como Zola se aferraban demasiado a la realidad,
hacían realismo sin imaginación y no realidad imaginativa.
Sin embargo, los personajes de Balzac poseían el vivo colorido de los sueños.
El arte, si es verdadero, toma la vida como materia bruta,
la recrea, la inventa, la imagina, la sueña, dice Wilde.
El artista ha de crear la vida, no copiarla (...)

Pocos escenarios hay más evocadores que el Tánger de la primera mitad del siglo XX. Desde María Dueñas ('El tiempo entre costuras'. Temas de hoy. 2009) hasta Arturo Pérez-Reverte ('Eva'. Alfaguara. 2017) son numerosos los escritores que se han dejado inspirar por la atmósfera exótica y cosmopolita de la ciudad durante el protectorado internacional.

La última autora en caer rendida a su influjo es Cristina López Barrio (Madrid, 1970), quien con su propuesta ubicada en la ciudad marroquí ha conseguido convertirse en finalista de la última edición de los Premios Planeta por detrás de la novela de Javier Sierra que finalmente se hizo con el suculento galardón (600.000 euros que lo convierten en uno de los mejor dotados del mundo, sólo por debajo del Nobel de Literatura).

'Niebla en Tánger' (Planeta.2017) narra las historias entrelazadas de dos mujeres en dos momentos históricos distintos con la ciudad de Tánger como punto de unión. La trama que discurre en el presente está protagonizada por Flora, una mujer desencantada con su vida quien, tras la desaparición del hombre con el que ha tenido una aventura, decide emprender su búsqueda guiada tan sólo por el libro que éste ha dejado abandonado en la habitación del hotel en la que han pasado la noche. Es aquí donde nos adentramos en la trama que tiene lugar en el Tánger de los años 40 y 50, refugio de artistas, diplomáticos, espías y contrabandistas, y cuya protagonista es Marina, una mujer muy diferente a la anodina Flora en la que confluyen todas las culturas que convivieron en la ciudad hasta la ocupación marroquí. Con la novela olvidada como punto de partida, Flora viajará hasta Tánger para seguir las pistas que le conduzcan hasta ese misterioso amante que, inexplicablemente, parece ser un personaje salido, literalmente, de las páginas de un libro escrito medio siglo atrás.

A pesar de no ser su primera novela, y de que algunas de sus obras anteriores han tenido una más que aceptable acogida entre el público, confieso que no conocía a López Barrio ni siquiera de oídas antes de convertirse en finalista del Planeta. En las diferentes entrevistas que he podido leer tras el fallo del jurado del certamen literario, la autora ubica 'Niebla en Tánger' dentro del realismo mágico y afirma que el germen de la novela fue la lectura del cuento 'Continuidad en los parques' de Julio Cortázar, a quien pretende rendir homenaje con este ejercicio de metaliteratura.

Sin llegar a alcanzar, en mi opinión, tan elevados fines, reconozco que a mí su propuesta me ha tenido enganchada y entretenida el grueso de la novela y que, aunque no soy capaz de englobarla dentro de ningún género, su manera de contar la historia me ha gustado. Sin embargo es el final lo que falla. Como si una vez armado todo el edificio que sostiene la idea original no hubiera sabido qué hacer con todo eso, obligándola a resolverlo con un desenlace simple y algo flojo que te saca de la novela con cierto sabor agridulce.

Y es que (va por ti Chacón) si bien es cierto que un giro final sorprendente quizá le hubiera restado credibilidad, también lo es que si la autora pretende sacarnos de la realidad y que nos adentremos en una propuesta que por momentos parece tender a la fábula, la leyenda y la fantasía, para dejarnos llevar por el juego de espejos que nos plantea, no puede utilizar la lógica más evidente y aplastante para ponerle punto y final, porque a mí como lectora me descoloca.

Veredicto: Aunque yo estaba dispuesta a darle un notable, finalmente se queda en un aprobado (alto) mi valoración de esta novela que se lee sola durante sus primeras doscientas páginas pero que me ha desencantado en sus últimas cien, y que gustará más a las mujeres que a aquellos hombres que se decidan a adentrarse en sus páginas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario