lunes, 15 de septiembre de 2014

Réquiem habanero por Fidel


(...) Vamos a ver, ¿cuántas veces mataron ya a Fidel falsamente,
por teléfono, cuántos cánceres, cuántos disparos y cuánta metralla
le metieron en el cuerpo en estos cincuenta años? 
Y ahí está el Hombre, enterito, vivo y verdadero, en carne y hueso, 
viejo pero vivo. Resistiendo.
A ver cómo lo explico una vez más: aquí resistir es vencer.
Y eso es lo que estamos haciendo desde hace más de medio siglo...

¡Qué maravilloso ejercicio de valentía literaria el que ha llevado a cabo J.J. Armas Marcelo (Las Palmas de Gran Canaria, 1946) en su última novela!

Y eso que la delgada línea que separa la valentía de la osadía y el atrevimiento podría haber hecho que el escritor canario se despeñara por el barranco de la bufonada y el esperpento, y sin embargo detrás de cada línea de Réquiem habanero por Fidel (Alfaguara. 2014) se aprecia una gran dosis de admiración por Cuba y una dosis aún mayor de información sobre lo que ocurre en la antigua colonia española en el Caribe.

Pero vayamos con el argumento: Walter Cepeda, coronel jubilado de la Seguridad del Estado Cubano, recibe una llamada de su hija, exiliada en España, informándole de que los informativos españoles dan como noticia de última hora la muerte de Fidel Castro. A pesar de estar convencido de que no se trata más que de un nuevo intento por parte del exilio cubano en Miami de desestabilizar al Régimen y provocar la confusión entre la población, la llamada de su hija desata la cascada de recuerdos y reflexiones de quien ha vivido los principales episodios de la Historia reciente de Cuba en primera persona. Y es a través de este monólogo interior como entendemos cómo el que fuera los ojos y los oídos del propio Raúl Castro ha perdido la fe en la Revolución Cubana a pesar de mantenerse leal al Régimen.

Plagado de giros coloquiales y de expresiones puramente habaneras, algo que a priori podría haber constituido un obstáculo para el lector a la hora de meterse en la novela y que, como he dicho más arriba, tenía un enorme riesgo de convertirse en una caricatura grotesca del habla cubana, la lectura de Réquiem habanero por Fidel es una auténtica delicia para todos los enamorados de la isla o para los mínimamente interesados en lo que ha ocurrido en Cuba durante el último medio siglo, ya que por sus más de trescientas páginas van desfilando personajes reales como el ex Presidente Fidel Castro, su hermano Raúl, el comandante Che Guevara, el otrora héroe de la Revolución y finalmente fusilado por traidor Arnaldo Ochoa, el poeta disidente Herberto Padilla, los escritores Norberto Fuentes o Manuel Vázquez Montalban. Hasta el propio Armas Marcelo hace un cameo en la novela al más puro estilo de las películas de Hitchcock!

Sin embargo, y a pesar de lo muchísimo que me ha gustado, no recomendaría este libro al común de los lectores, ya que creo que ese estilo narrativo a la manera del habla habanera supone un handicap para los lectores no iniciados, y sobre todo porque mucho me temo que, quizá, la gran mayoría no entienda que aunque su autor sea crítico con el Régimen (ha llegado ha declarar que no volverá a poner un pie en suelo cubano hasta el entierro de Fidel Castro) la novela esté escrita desde el más profundo cariño por un escritor que confiesa que Cuba lo tiene enganchado.

Sobresaliente, por tanto, para esta novela que cierra la trilogía que J.J. Armas Marcelo le dedica a la ciudad y las gentes de La Habana, cuya existencia desconocía pero cuyo primer volúmen, 'Así en la Habana como en el cielo' (Debolsillo. 2007), se encuentra ya en mi lista de próximas adquisiciones.