lunes, 19 de enero de 2015

El tiempo de los tigres


 
Sé que dije que no escribiría.
El mundo ya no está en llamas. Pero aún te quiero.
Quería que lo supieras. Estés dónde estés.
Además, todo el mundo merece ser feliz.

Hay novelas en las que es más importante la descripción psicológica de los personajes que la trama de la novela propiamente dicha. Éste es el caso de la primera novela de Liza Klaussmann (Nueva York, 1976), tatara-tatara-nieta del autor de 'Moby Dick', Herman Meville.

El tiempo de los tigres (Lumen. 2014) comienza con dos jovencitas, la frágil y apocada Helena, siempre a la sombra de su prima, la arrebatadora Nick, brindando  por el fin de la segunda guerra mundial y haciendo planes de futuro. Descubrimos así que a Helena la contienda la ha convertido en viuda a los pocos meses de pasar por el altar, y que va a casarse en segundas nupcias con un vendedor de seguros de Hollywood. Por su parte, a su prima Nick, la guerra no le ha permitido disfrutar de su noviazgo todo lo que le hubiera gustado, por eso espera ansiosa su boda con Hughes en Florida. 

Antes de despedirse para comenzar sus nuevas vidas, ambas primas se prometen reunirse todos los veranos en la casa familiar de Martha's Vineyard, como en el pasado hicieron sus respectivas madres.

Sin embargo, pasan los años y cualquier parecido de la realidad con sus ilusiones de juventud es mera coincidencia. Nick sigue siendo una mujer fuera de lo común, cuyo magnetismo es capaz de envolver a hombres y mujeres, pero sus ansias por beberse la vida en copas de Martini parecen haberse quedado por el camino. Su matrimonio perfecto con Hughes está en realidad plagado de silencios y secretos, y ni siquiera su hija, la adorable y perfecta Daisy, conseguirá escapar de la alargada sombra que proyecta su madre.

La vida no ha sido mucho más generosa con Helena: Su matrimonio con Avery, un hombre que sólo quiere el dinero de su esposa, y las rarezas de su hijo Ed han acabado por desestabilizarla. Incapaz de asumir la realidad y adicta a los fármacos, acabará siendo acogida por Nick, a quien su prima culpa en secreto de todas sus desgracias.

Hay quien quiere encontrar parecidos entre Liza Klaussmann y Tennessee Williams. Yo la verdad es que no puedo opinar, más allá de que ambos escribían sobre personajes atormentados, ya que las obras del dramaturgo estadounidense sólo las conozco por el cine. Pero a quien sí debo reconocer que me ha recordado en muchísimos momentos el estilo de la autora de El tiempo de los tigres es a Kate Morton. 

La atmósfera de la novela te mete de lleno en la sociedad americana de los años dorados, hasta el punto de que podría pasar perfectamente por un un libro escrito en esa época, y sobrevuela por sus páginas un halo de misterio que si bien no acaba de funcionar como debería, hace que no puedas dejar de leer. Por ello, pero sobre todo por la espléndida descripción psicológica de los personajes, esta novela aprueba ampliamente.